¿Te cuesta tomar decisiones?
Seguramente en aquellas situaciones en las que lo ves claro, no te cuesta.
Pero, es posible que en determinados momentos y en determinadas situaciones te entren las dudas y le des vueltas sin saber qué decisión tomar.
¿Cuál es la mejor decisión? ¿Qué debo hacer para no equivocarme?
He elegido 3 estrategias, altamente eficaces y prácticas para que clarifiques tus ideas y te ayuden a tomar la mejor decisión.
Si quieres sacarle el máximo partido a estas técnicas, te recomiendo que lo pongas en práctica y contestes a todas las preguntas en base a un problema concreto que tengas.
¿Preparada para empezar a tomar mejores decisiones?
ESTRATEGIA 1: Pros y contras con emoción
Probablemente la estrategia de pros y contras es la más conocida y utilizada por todos.
Cuando queremos tomar una decisión, aunque sea mentalmente, hacemos una lista de aspectos positivos y negativos para saber qué opción pesa más.
Ahora bien, es muy fácil caer en la trampa de clasificar aspectos puramente racionales o prácticos, entendidos desde un punto de vista de “esto me beneficia” o “esto me perjudica”, pero ¿qué pasa con la parte emocional?
Fíjate que la estrategia no la he llamado solamente de «pros y contras», sino que le he añadido el aspecto emocional: «pros y contras con emoción«.
No te quedes solo con la parte racional, analiza también la parte emocional.
Cuando analices los pros y contras de una posible decisión, plantéate también estas preguntas:
- ¿Cómo me sentiré si decido X? ¿Y si decido Y?
- Qué me apetece hacer, ¿X o Y?
- Si fuera una decisión que pudiera tomar libremente, solo desde un punto de vista de lo que siento y sin pensar, ¿qué decidiría, X o Y?
ESTRATEGIA 2: Adelantarse al futuro
Otra estrategia muy útil para tomar buenas decisiones es adelantarte al futuro y ponerte en la siguiente situación:
Imagina que tienes 10 o 20 años más que ahora. Contesta a las siguientes preguntas:
- ¿Qué le recomendarías a tu yo del presente? ¿Le recomendarías que hiciera X o Y?
Aquí vas a tener que trabajar tu imaginación.
Si te es más fácil, puedes cerrar los ojos e intentar visualizarlo como si fuera real.
Otra pregunta poderosa que te puedes hacer es la siguiente:
- ¿Crees que en el futuro te vas a arrepentir si no tomas la decisión X o Y?
Ten en cuenta que cuando la gente se va haciendo mayor, de lo que realmente se arrepiente es de lo que no ha hecho o de aquello que no ha intentado, producto de algunos miedos que tenemos.
Muchas veces escucharás a las personas de tu alrededor decir algo así como “tenía que haber hecho eso que quería hacer, pero no me atreví”.
La verdad, es que, aunque no salga como uno espera, la gente no se arrepiente de lo que ha hecho en la vida, sino de aquello que ni tan siquiera ha intentado.
ESTRATEGIA 3: Aconsejar a otros
Otra gran estrategia que puedes aplicar para tomar una buena decisión es hacer como si aconsejaras a otros en lugar de a ti mismo.
La mayoría de las veces es más fácil aconsejar a los demás que aconsejarnos a nosotros mismos.
Es por eso que mi propuesta es que te imagines que no eres tú quien tiene que tomar esta decisión, sino alguien de tu alrededor.
Si fueras otra persona y no tú la que tuvieras que tomar esa decisión:
- ¿Qué le dirías?
- ¿Qué le recomendarías hacer?
- ¿Por qué le recomendarías esto y no lo otro?
Verás como el ejercicio de verlo en otra persona te va a costar menos que verlo en ti misma.
¿Qué te parecen estas estrategias? ¿Las vas a aplicar? Me encantaría saber tu opinión.
Hola,
Gracias por estas claves, a veces no somos capaces de hacerlo por si mismos y necesitamos a alguien que nos acompañe en este camino.
Muy interesante estas claves.
Lo estoy aplicando y a mi, personalmente me sirven.
Os recomiendo que los sigáis.
Muchas gracias por tu comentario! Me alegra que las estés aplicando y te sirvan 🙂