Especialmente las mujeres estamos acostumbradas a tirar para adelante, sea como sea.
Da igual lo que pase, porque nuestro objetivo es buscar soluciones, alternativas, intentar no tomarnos las cosas mal, tener extra de paciencia…
De hecho, nos cargamos la responsabilidad y, sea como sea, lo intentamos todo. Incluso, si hace falta hasta nos perjudicamos a nosotras mismas con tal de no quedar mal, no parecer débiles ni dar la sensación de que no lo tenemos todo controlado.
Siempre intentando poner buena cara, haciendo creer a los demás que podemos con todo, pero por otro lado, en ocasiones, puede que te sientas mal, triste y sin ilusiones.
¿Te ha pasado?
Sí, ya sé que tu tendencia natural es solucionarlo tú misma, pero ¿y si te dijera que pedir ayuda no es de «débiles» sino de «inteligentes»?
Piensa en el tiempo y esfuerzo que te podrías ahorrar pidiendo ayuda. No para que te solucione los problemas, sino para darte nuevas herramientas que te puedan facilitar la vida en el futuro.
Si todavía no sabes si estás en ese momento en el que todavía deberías seguirlo intentando tú o ya ha llegado el momento de pedir ayuda profesional, te dejo a continuación algunas de las razones por las que deberías plantearte muy seriamente solicitar ayuda psicológica.
¿Cómo saber que ha llegado el momento de pedir ayuda profesional?
Antes de hablar de las razones por las que deberías plantearte pedir ayuda a un psicólogo, déjame que te diga algo:
«Pedir ayuda profesional es la forma más efectiva, directa y rápida de solucionar tus dificultades psico-emocionales. Si quieres ahorrar tiempo y esfuerzo, busca la ayuda de un psicólogo que te enseñe herramientas y estrategias que te puedan servir para el resto de tu vida.»
Nuria Siñol
Ahora sí, vamos a concretar esos motivos por los que te será especialmente útil acudir a un psicólogo.
1. Estás en una época de mucho cambio emocional y se te está haciendo muy difícil gestionarlo
Lógicamente, hay épocas que son más duras que otras a nivel emocional. Pero si ves que estás en una época que te está sobrepasando y además se está alargando en el tiempo, deja ya de sufrir tanto.
Busca a un psicólogo para que te ayude a darle una vuelta a la situación que estás viviendo, te enseñe estrategias y te permita salir de este círculo vicioso en el que estás inmersa.
2. Has intentando poner todos tus recursos en marcha pero ya no funcionan
Estoy segura que tienes recursos y eres lo suficientemente inteligente como para buscar alternativas. Además, estoy convencida que pones todo de tu parte, pero por alguna razón no acaba de funcionar.
No pasa nada, permítete pedir ayuda.
Muchas veces, un psicólogo puede aportarte una objetividad que tú ahora mismo no puedes ver porque estás demasiado metida en la situación y te genera demasiadas emociones.
Esta es la gracia del psicólogo. Al no haber una implicación emocional, le es más fácil aportarte una visión objetiva de la situación en la que estás y ayudarte con nuevas estrategias, herramientas y recursos.
3. Los problemas se empiezan a acumular (empiezas con un problema y ahora parece que van surgiendo más y más problemas sin saber como frenarlo)
Quizá empezaste con un solo problema. Posiblemente no era ni un problema, sino un «problemilla» o una dificultad. Pero por alguna razón la situación se ha ido complicando.
A lo mejor ahora ya te encuentras en una situación tan complicada que no tienes ni idea por dónde empezar a solucionarla.
Incluso puede pasar que ya no sepas ni cuál es el problema de base. O ni tan siquiera veas ni un problema, sino una pelota que se ha ido haciendo grande. Ahora mismo, todo va mal y no ves ninguna solución.
Muchas veces en estas situaciones, las personas no se atreven a pedir ayuda porque no saben qué tipo de ayuda deben pedir. No saben explicar cuál es el problema y piensan que quizá no hay problema sino que es algo que solo existe en uno mismo y necesitan tiempo para aclararse.
Aquí también te digo que no te preocupes, la mayor parte de la información que necesita un psicólogo no es saber exactamente lo que ocurre, sino saber qué es lo que sientes. Esto último estoy segura que sí vas a poder expresarlo.
4. Empiezas a ver que tu estado de ánimo y emociones son mayoritariamente negativas y cada vez tienes menos emociones positivas
Ligado con los anteriores puntos, puede pasar que no tengas claro qué es exactamente lo que te pasa porque la pelota se ha ido haciendo grande a medida que ha ido pasando el tiempo.
Pero lo que sí percibes y sientes son tus emociones. Y lo que notas es que cada vez hay más emociones negativas en tu vida y menos positivas.
Puede ser que no te hayas dado cuenta. Así que párate y piénsalo.
¿Te pasa últimamente o desde hace ya algún tiempo que te sientes más triste, más pesimista, con menos ilusiones, con menos ganas de hacer cosas?
¿Te dice la gente de tu alrededor que estás más triste o sonríes menos o no haces tantas cosas como antes o las haces con menos ganas?
Si sientes que tus emociones negativas son superiores a tus emociones positivas, no tengo ninguna duda en que la ayuda psicológica te puede ir de maravilla, sea cuál sea el problema de base que tengas.
5. Tienes muchas dudas, estás perdida y tienes la necesidad de explotar, desaparecer o mandarlo todo a la mierda.
Especialmente la necesidad de explotar, desaparecer o mandarlo todo a la mierda son sensaciones que puedes tener cuando ya lo has intentado todo y no hay forma de que salga bien, le pongas el esfuerzo que le pongas.
Esto hace que aparezcan sentimientos de frustración intensa y si no se cambia la dinámica, puede que la cosa empeore.
Así que si te sientes así, no le des más vueltas y pide ayuda profesional, elige al mejor psicólogo para ti. Te aseguro que encontrarte bien psicológica y emocionalmente es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida.
¿Crees que necesitas ayuda?
Después de leer este post, ¿crees que te iría bien la ayuda de un psicólogo? ¿En qué situación te encuentras? Me gustaría saber tu opinión. Explícamelo en los comentarios.
¿Te gustaría que yo fuera tu psicóloga? Ponte en contacto conmigo para agendar una primera visita.